La espiritualidad suele asociarse a la creencia en un dios y a la religión como vía para relacionarse con esa deidad.
Sin embargo, aunque hayas sido criada bajo las creencias y ritos de una religión, puede que hayas llegado a un punto en tu vida en el cual estés experimentando la espiritualidad sin dios y sin religión.
¿Te has dado cuenta de que espiritualidad y religión no tienen porqué estar atadas?
Si consideras que sí, estás coincidiendo con aquellos que buscan el significado y el sentido de la vida y de sí mismos siguiendo el criterio propio, no el de religión alguna.
Espiritualidad vs religión
La espiritualidad es inherente al ser humano. Nuestro cerebro está preparado para la búsqueda, la curiosidad, la reflexión y el discernimiento.
En suma, estamos hechos para pensar y responder las preguntas básicas de la existencia, tales como: ¿Quién soy? ¿Qué sentido tiene mi vida en este mundo? ¿En qué creo y en qué no creo?
La religión, por el contrario, se aprende. Nos es inculcada, nos proporciona seguridad y nos provee de un sistema de creencias para explicarnos el mundo que nos rodea y cómo situarnos en esa realidad.
Espiritualidad y religiosidad
La espiritualidad y la religiosidad ayudan a darle sentido a la vida, solo que lo hacen de maneras distintas.
Con la espiritualidad buscamos trascender, teniendo libertad individual, para pensar, sentir, decidir y, también, para asumir las consecuencias de nuestras decisiones y acciones.
No hay religión ni dioses que nos aten; nos guía la búsqueda de la trascendencia y de nuestro lugar en el mundo.
En contraposición, la religiosidad nos compromete con una estructura de autoridad y de creencias que nos orienta a pensar de determinada manera sobre nuestra propia trascendencia, según los dogmas de la religión de la cual se trate.
Vivir la espiritualidad
Vivir la espiritualidad sin religión es con frecuencia producto del cuestionamiento hacia la propia religión, aunado a la búsqueda de una dimensión espiritual que esté presente en nuestras vidas.
Puede ser que la religión en la que fuimos formados, u otras iglesias que hayamos frecuentado en nuestra búsqueda personal, no hayan logrado satisfacer nuestra necesidad de una espiritualidad profunda.
¿Qué quiere decir? Que nos hemos dado cuenta de que bajo la guía de una religión no podemos lograr una conexión espiritual fuerte. Tan fuerte que es única y subjetiva, y nos vincula con nuestra fuerza, voz y paz interior.
Características de la espiritualidad
Una de las características de experimentar la espiritualidad sin religión, es que contribuye a suprimir el ego que no nos permite darle sentido a la vida y vivir el aquí y el ahora.
La espiritualidad también nos ayuda a desarrollar nuestra consciencia, a darnos cuenta de nuestro lugar en el mundo y de nuestros pensamientos, emociones y acciones para relacionarnos con la realidad.
La espiritualidad es propia del ser humano, la vivimos de manera individual, sin intermediarios, para encontrarnos dentro de nuestro propio ser con lo superior, la iluminación o lo trascendente. Incluso con lo divino o con un dios, si así lo decidimos.