A lo largo de la vida pensamos que somos de una manera determinada, bien porque así nos definimos o porque lo hemos escuchado de nuestros padres, hermanos o amigos, y por lo tanto pensamos que somos inalterables.
Pero la respuesta a la pregunta ¿puedo cambiar como persona? es un SÍ determinante; sí puedes cambiar como persona, solo es cuestión de comprometerte, primero, en el autoconocimiento de lo que eres, cómo actúas o reaccionas ante determinados eventos.
En segundo lugar, visualizando a esa persona que quieres llegar a ser y qué es lo que debes hacer para poder lograrlo.
El trabajo no es difícil, mucho menos imposible, pero sí requiere consciencia, constancia y algunos elementos que te van a poder ayudar en esa transición.
La gente puede cambiar
Pensar que “soy así” o “no puedo cambiar” es una forma de justificar esa forma de ser y de no querer establecer un compromiso contigo misma para cambiarla, sino, más bien de reafirmar eso que te impide ser mejor persona.
Todos tenemos emociones, reacciones, actitudes que queremos cambiar, algunos hábitos que tenemos muy arraigados y que pudiéramos suavizar, solo que no sabemos cómo hacerlo.
Lo importante es identificar eso que quieres cambiar y comenzar desde ahora.
Autoconocimiento
Esta es una de las tareas para comenzar, porque te ayudará a identificar eso que necesitas cambiar para poder sustituirlo con otros rasgos más favorables, tanto para ti como para tu entorno y tus relaciones.
Determinación
La determinación es esa decisión que tomas en un momento y que debe ser innegociable para ti, porque ya has resuelto dar ese paso, y, por ser un objetivo en tu vida estarás impulsada a asumirlo hasta que logres el cambio.
Humildad
Tener la capacidad de reconocer que tienes fallas, que no siempre tienes la razón o sabes todas las respuestas también es importante para cambiar tu personalidad, pues parte del quid del asunto es saber que cometes errores, pero que también puedes corregirlos.
Enfócate
Ten en mente ese cambio que quieres lograr; cada día fíjate en las cosas que haces y la forma de hacerlas para que las corrijas en el momento. Si estás enfocada en el cambio, todas tus acciones estarán en pro del objetivo que deseas.
Progresivamente irás cambiando tus reacciones, acciones y actitudes, hasta que llega un momento en que serán parte de ti, porque las harás automáticamente. Notarás los resultados tanto en lo mental como en lo emocional.
No escuches a tu ego
Es posible que internamente tengas dudas tanto de los resultados como de lo que debes hacer para lograrlos, se trata de tu ego, que estará tratando de que evites hacer los cambios, pues eso lo dejará por debajo de tu nueva personalidad.
El ego estará saboteándote, y lo notarás al buscar excusas para no cambiar, al justificarte o echarle la culpa a factores externos, cuando realmente tienes en tus manos todo el poder para hacerlo.
Ten mejores pensamientos hacia ti y hacia los demás
En la medida en que menos te critiques y más te aceptes entenderás mejor lo que ocurre en el entorno con tus reacciones. Cambiar de personalidad te ayudará a sortear aquello que te hace sombra.
La ira, la intolerancia, la impaciencia y otros rasgos de tu personalidad pueden coexistir con la alegría, el optimismo, la solidaridad, la buena vibra; solo debes aumentar estas últimas y tratar de difuminar las que apesadumbran tu personalidad.
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