La espiritualidad es un concepto que pocos entienden, y, por lo tanto desconocen cómo trabajarla, mejorarla o conectarse con ella. Históricamente ha sido relacionada con las distintas religiones, pero espiritualidad y religiosidad son diferentes.
En religión, la espiritualidad es dirigir la vida y el desarrollo espiritual según las enseñanzas y dogmas de un dios o un profeta; es seguir doctrinas tras la figura de un libro o de una institución.
La sociedad actual está centrada en lo exterior, en lo palpable y lo físico, y no hay una conexión con la espiritualidad, todo está por fuera y se piensa que practicando la religión estamos siendo espirituales.
¿Qué es la espiritualidad?
La espiritualidad carece de dogmas o doctrinas, no tiene ninguna figura central o templos que la administren, sino una práctica individual que significa mirar hacia adentro, conocer la esencia misma de tu ser.
Está relacionada con la vida interior, con practicar el autoconocimiento, lo cual puede dar miedo, pues es enfrentarte a ti misma desnuda, con tus propias limitaciones y dones, en tu estado puro y sin poder culpar a nadie de cómo eres.
Y, por otro lado, la espiritualidad se basa en la premisa de que existe una realidad que trasciende el mundo físico, es la dimensión de la consciencia pura e inmaterial, universal e infinita, inteligente y creativa, y cómo se conecta con el exterior.
Claves para conectar con tu espiritualidad
Disfrutar, vivir en la alegría, tener empatía, ser bondadosa y practicar el silencio son formas de ser espiritual, pero también está la práctica de conectar con la espiritualidad, y esto no depende de otros, sino de ti misma.
Medita
Una de las prácticas más valoradas es la meditación, un ejercicio que consiste en fijar la atención y llevar tu mente a un estado de calma, paz y serenidad interior.
Puedes necesitar de un guía que lleve la práctica, pues es muy fácil quedarse dormido; existen muchos tipos y técnicas para meditar y todas son adecuadas para conectarte con tu espiritualidad.
La meditación no requiere de mucho tiempo, ni de lecturas o asesorías complicadas, sino de disposición de hacerlo; respirar de manera consciente puede ser un acto sencillo de meditación.
Sé agradecida
El hábito de agradecer todo lo que tienes también te conecta con tu yo interior, pues en cada agradecimiento estás reconociendo eso que te está ayudando a sentirte bien, satisfecho, a crecer, y a aceptar aquello que no te gusta y que no puedes cambiar.
La práctica de agradecer, incluso por las pequeñas cosas, te hace más consciente de lo que tienes, a la vez que aumenta tu bienestar y te dispone a recibir más.
Conéctate con la naturaleza
Aprecia las pequeñas cosas que te ofrece la naturaleza, el amanecer, el atardecer, la lluvia; camina por bosques, sigue el curso de un río, aprecia todo lo que no ves cotidianamente y conéctate con todo lo que te recarga de energía.
Practica la lectura
Despojarse por momentos de los dispositivos que te mantienen conectado con el mundo material y practicar una lectura gratificante, también es una forma de conectarte con tu espiritualidad.
Desarrolla otra habilidad
Seguramente que explorando más allá de tus capacidades y aptitudes con las cuales te mantienes en el mundo material, podrás hallar alguna habilidad que te llene y te haga sentir realizada, cantar, bailar, oír música, pueden servirte.
La espiritualidad te impulsará a tener mejores respuestas, a sentir paz interior, a ser conciliadora en momentos de conflicto y a llevar una vida más plena en todos los ámbitos.
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