Las expectativas, que no son más que una suposición de lo que será el futuro, te roban la libertad y te someten a unos resultados tan inesperados como frustrantes.
Las expectativas te hacen pensar que las cosas van a suceder, o que las personas de quienes depende el resultado van a acoger tus ideas y actuar al pie de la letra con respecto a lo que has imaginado.
Te causan ansiedad porque te hacen preocuparte por el futuro y te alejan del presente.
¿Se puede vivir sin expectativas?
Hay personas que logran vivir sin expectativas, pero para la mayoría resulta difícil liberarse de estas.
Es difícil porque la mente siempre está generando expectativas así sean pequeñas o parezcan insignificantes.
Y esto se debe a que siempre esperas que sucedan las cosas que deseas, o que las personas con las que te relacionas actúen como has imaginado que deberían hacerlo. Todo se resume en querer tener el control sobre lo que va a pasar.
Haces planes, construyes una visión de lo que quieres, y te enfocas en esa imagen que en realidad no existe, no sabes si se va a dar y ni mucho menos tienes idea si es conveniente para ti que ocurra.
Eliminar las expectativas
Para comenzar a liberarte de expectativas no pienses que las cosas deberían ser de determinada manera, porque todas tienen su rumbo y ocurrirá lo que tenga que ocurrir aunque no sea lo que esperas.
Liberarse de expectativas no significa que no tengas sueños ni hagas planes ni proyectos en tu vida.
Se trata de no aferrarte al resultado que has planificado, proyectado o soñado porque, de nuevo, no sabes si eso que esperas es lo que más te conviene experimentar para el despertar de tu consciencia.
Claves para liberarte de expectativas
Existen expectativas muy comunes, que todos tenemos tanto en lo laboral como emocional o familiar, y, en algunos casos se cumplen, nos llenan de felicidad y pensamos que así será siempre.
No obstante, en ocasiones, seguramente te has llevado la sorpresa de que no ocurrió ni la mitad de lo que esperabas, y por lo tanto la frustración te acompañó por un buen rato mientras te hacías otras expectativas.
Las claves para liberarte de las expectativas están en tus manos, solo basta un poco de atención tanto a lo que esperas como a la forma en la que estás manejando tu deseo de controlar.
Suelta y fluye
Entrega los planes que hagas al Espíritu Santo, Dios, Universo, esencia, como lo quieras llamar, suelta y acepta que sucederá lo que más te conviene experimentar para que obtengas un aprendizaje.
Planea con desapego para no sufrir si el resultado es distinto al planificado.
Evita controlar
Querer controlarlo todo te hace obsesiva, y querer que todo ocurra como lo quieres, te desgasta.
De manera que lo único que puedes controlar es lo que sientes, lo que puedes hacer en el presente y tu elección de cómo vas a afrontar cada experiencia que estés viviendo en este instante.
Vive el presente
Evita la ansiedad que te genera el futuro, pues es incontrolable y, por lo general, sorprende.
Vive el presente, trabaja en función de lo que quieres disfrutando el proceso, lo que ya tienes y lo que eres en este momento.
Estar en el presente te permitirá que se manifieste el potencial de paz y felicidad que ya tienes en tu vida. Pero depende de ti, es tu decisión.
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